Sufrir una enfermedad, estar hospitalizado o quedarse en paro pueden dejar en parte de ser un problema para llegar a final de mes si cuentas con la cobertura de un seguro adecuado.

Autónomo enfermo

Se trata, en su mayoría, de recetas presentes en el mercado desde hace tiempo pero que, ahora, han cobrado mayor vigor con el telón de fondo de la crisis. También por la necesidad de las entidades de diferenciar su oferta con un abanico más amplio de productos o servicios de valor añadido.

Dentro de este grupo se encuentran los Seguros de Protección de Pagos (SPP), que se ocupan de pagar los recibos de un préstamo, o cualquier otro compromiso de tipo financiero, si el titular de la deuda y la póliza sufre alguna de las situaciones anteriores. Los SPP son seguros de vida colectivos a los que el suscriptor de un préstamo o el comprador a plazos se puede adherir cuando asume la obligación. Cuentan con gran éxito y una larga experiencia en el mercado anglosajón.

Llegaron a España en la década de los noventa, pero sin grandes resultados al principio. Ahora, las perspectivas parecen haber mejorado con el crecimiento entre el público de la cultura aseguradora. Juegan a su favor la ampliación de las financiaciones y de los plazos para cancelar las deudas, así como la coyuntura económica.

Mucho ojo con…
Aunque los productos son cada vez más claros y sencillos, no está de más fijarse en:
Los límites del producto. La mayoría de los SPP contemplan límites, en cuanto al tiempo de pago de las cuotas y la cantidad que se hará efectiva mensualmente.
Los requisitos. Los trámites tienden a reducirse, pero la mayoría de la fórmulas exigen al asegurado una declaración de salud, o disponer, por ejemplo, de contrato fijo para cubrir el desempleo.
Las coberturas. Las más habituales son, para los empleados por cuenta ajena, los pagos en caso de desempleo y para los profesionales autónomos las diversas situaciones de incapacidad para trabajar.
Si existen o no plazos establecidos. Porque, en este caso, el pago de las cuotas correspondientes sólo tendrá lugar a partir de un periodo concreto.
Y otros condicionantes. Algunos de los productos sólo pueden contratarse on line.El desempleo, una baja laboral o un fallecimiento pueden poner en peligro el presupuesto familiar o de una empresa, máxime cuando se trata de un profesional liberal. Existen una serie de seguros para hacer más llevadera la situación.

Qué proporcionan

Entre las entidades que ofrecen SPP en el mercado español figuran Alico Aig Life y GE Financial Insurance (GEFI). Ambas diseñan seguros a medida para bancos, cajas, empresas de suministros… que se encargan de su comercialización.

“Por una pequeña cuota, el consumidor puede tener la tranquilidad de que, en caso de padecer enfermedad, accidente, incapacidad temporal o desempleo, su obligación de pago a la entidad financiera será cubierta”, manifiesta Ángel Más, director general para Europa del Sur de GE Financial.

Por su parte, Oscar Herencia, director de Vida Crédito de Alico Aig Life, destaca que con esta garantía “el asegurado tendrá un respaldo que le permitirá seguir adelante con sus compromisos de pagos sin tocar sus ingresos”.

Vinculación a productos

Las hipotecas protegidas contra el desempleo son la combinación más conocida, pero existen otras muchas posibilidades. De hecho, “los SPP pueden estar ligados a cualquier producto financiero que genere obligaciones de pago al consumidor”, apunta Mas. Por ejemplo, préstamos personales o hipotecarios, tarjetas de crédito, pagos domiciliados, primas de seguros, aportaciones a fondos de inversión, facturas telefónicas o de electricidad, contratos de leasing, financiación de coches, venta a plazos de electrodomésticos, etcétera.

Qué pueden cubrir. Además del desempleo, este tipo de seguros puede hacer frente a los pagos en caso de incapacidad temporal o permanente, fallecimiento, enfermedades graves, accidentes, hospitalización, etcétera.

Carácter voluntario. La suscripción de este seguro siempre es voluntaria. En el proceso de contratación intervienen normalmente tres partes: la aseguradora (se ocupa de la elaboración del seguro y de todo el servicio postventa), el beneficiario (la entidad que actúa como intermediario) y el asegurado (el cliente de la entidad que contrata el producto).

Trámites y requisitos. La protección se suscribe junto al producto y “no requiere ningún análisis crediticio adicional”, dice Más. No obstante, lo normal es que el asegurado tenga que superar algún trámite, como firmar una declaración de salud o contar con empleo fijo, si desea cubrir el desempleo. La tendencia es a que los requisitos sean cada vez menos y los productos más sencillos.

Con o sin marca. Las coberturas se pueden comercializar con la marca de la aseguradora o con la imagen del beneficiario. Cada distribuidor cuenta con una oferta adaptada a sus necesidades y estrategia, aunque la base del producto sea similar. El periodo cubierto se extenderá a toda la vida del préstamo o la financiación, o a un plazo determinado con la posibilidad o no de renovarse.

Cuestión de precio

Hasta el momento, bancos, cajas, financieras de autos y consumo, compañías de tarjetas o intermediarios de hipotecas, son las entidades con más interés en distribuir SPP. Y no les faltan motivos.

La Caixa decidió incorporar esta cobertura en su Hipoteca Abierta para responder a las necesidades de los clientes “y a la actual situación del mercado laboral”, según Ricardo Agramunt, su director de marketing. La acogida está siendo excelente y “confirma que los clientes valoran, sobre todo, las soluciones que les ayuden a tomar decisiones con tranquilidad y les aporten un beneficio directo”.

Igualmente ha tenido buena aceptación el producto del SCH, que “permite resolver favorablemente una situación de cese de ingresos –por paro, invalidez o incapacidad–, lo que puede representar un grave impedimento o la imposibilidad de hacer frente al pago de las cuotas del préstamo”, según confirma Francisco Jiménez Bosch, director de marketing de SCH Seguros y Reaseguros.

En cuanto al precio, lo normal es que la prima que debe abonar el cliente venga incluida en la cuota del préstamo o el precio del coche e, incluso, que pueda financiar su coste, realizando los pagos junto a los del producto contratado. En otras ocasiones se requiere un pago único al comienzo de la prestación. Esto es lo que ocurre, sobre todo, en financieras de automóviles o de cualquier otro bien.

Cómo se establece la prima. El importe del seguro varía mucho en función del producto al que va adherido, las contingencias cubiertas, el capital financiado y la duración de la deuda. En el caso de hipotecas, la prima suele establecerse en el 1% del nominal del préstamo. Además, también se tienen en cuenta las características de la cartera de clientes de la entidad. GEFI apuesta por una tasa única para cada socio, independientemente de la edad, profesión y sexo del asegurado.

Límites en tiempo y cuota. ¿Cómo funciona el seguro? Este paso es sumamente fácil. El asegurado debe acreditar cualquier situación contemplada dentro de la póliza para que la aseguradora se haga cargo de la deuda. Eso sí, durante el tiempo estipulado dentro del contrato. Generalmente, existen límites en la cuota que debe hacerse efectiva –o los plazos– que el asegurado debe superar para poner en marcha la prestación.