Lo importante no es lo que te pasa, sino lo que tú haces con lo que te pasa.

¿Cómo ves tú el vaso? ¿Medio lleno o medio vacío? Sea cual sea tu respuesta, tienes razón. El agua llega más o menos a la mitad. El hecho de que seas optimista y veas el vaso medio lleno no va a aumentar, por sí solo, la cantidad de agua disponible. Eso sería tanto como negar la realidad. Pero esa actitud positiva te va a ayudar a enfrentar los retos con pasión y energía, con alegría y determinación. Piénsalo: ¿qué proyecto vas a ser capaz de emprender si todo lo ves en clave negativa?

Vasos medio vacíos por todas partes

Muy poco/as se atreven a iniciar un proyecto en plena crisis. La gente ha perdido la confianza y tiene miedo. Todo el mundo parece estar esperando a que el temporal amaine, a que los demás hagan algo, y a que las cosas mejoren por sí solas. Tanto es así que hasta hace poco hablábamos de “la confianza de los consumidores”, y ahora, en plena crisis económica y financiera, podemos hablar más bien del “miedo de los consumidores”.

Las claves del miedo

El miedo procede de la percepción que los clientes tienen sobre la economía. Según George Belch, profesor de Marketing de la Universidad de San Diego, los principales motivos son los siguientes: preocupación por el valor de la vivienda, preocupación por el estado de las diferentes inversiones (fondos, valores, depósitos), la amenaza del desempleo y las restricciones del crédito.

Efecto amplificador de los medios

El seguimiento que los medios de comunicación hacen sobre la crisis se ha convertido en otro impulsor del miedo: resulta difícil que los consumidores puedan escapar a las toneladas de información negativa que los periódicos, las radios y las televisiones vierten todos los días sobre la audiencia. La crisis se instala, también, en el centro de todas las conversaciones.

No se trata tanto de que esa información sea cierta  o no -no hace falta inventarse situaciones complicadas, encontrarlas es muy fácil- sino de dónde se pone el foco. Y el foco está hoy, casi siempre, en los desastres de la crisis.

De ti depende

El mejor antídoto contra este  peligroso “malestar general” es confiar en nuestra capacidad para cambiar las cosas. Y es que a veces se nos olvida que la mayor parte de las decisiones están en nuestra mano. Es evidente que tú no puedes evitar la quiebra de un banco, y tampoco puedes devolver la confianza a los consumidores. Pero sí hay muchas cosas que puedes hacer. Piensa que lo importante no es lo que te pasa -te puede pasar cualquier cosa, por ejemplo, una crisis mundial- sino lo que tú haces con lo que te pasa.

Seguramente conocerás un montón de casos en los que, ante una misma situación, dos personas reaccionan de forma muy diferente. Para uno, es el fin del mundo. Para el otro, es una gran oportunidad. Hay una anécdota muy famosa que lo explica bien:

Dos vendedores de zapatos llegan a una región inhóspita enviados por sus respectivas empresas, y ambos descubren con asombro que los habitantes de ese país no utilizan zapatos. Los dos corren a enviar un telegrama a sus compañías. El primero dice: “Nada que hacer. Aquí no usan zapatos”. El otro, escribe: “Increíble oportunidad. Aquí todavía no usan zapatos”. La situación es la misma; las actitudes son completamente diferentes.

En la crisis sigue habiendo vida [y oportunidades]

Sí. Sigue habiendo vida en medio de la crisis. A veces, lo único que necesitamos es un enfoque completamente nuevo; una nueva forma de ver y abordar las situaciones. Porque las oportunidades siguen estando ahí. Y si no te lo crees, te proponemos 10 motivos para iniciar una empresa en plena crisis.

Pesimismo vs Optimismo

¿Conoces a alguien que haya iniciado un proyecto de cualquier tipo pensando que todo iba a acabar mal? Seguro que no. Cuando nos centramos en todos los aspectos negativos, somos incapaces de dar una respuesta a lo que “nos ocurre”. Lo tomamos todo como si fuera una especie de castigo divino; como si la desgracia formase parte de un destino fatal. El resultado es que el agua del vaso sigue estando a la mitad, pero nosotros estamos paralizados por la energía negativa y el miedo al fracaso.

Ya lo hemos dicho. No se trata de verlo todo “de color de rosa” por definición, ni de negar la realidad. Ni mucho menos. Se trata de construir -en la medida de lo posible- nuestra propia realidad. La realidad que queremos. El optimismo nos permite ver los aspectos positivos en cualquier situación, y nos permite aprovechar cualquier oportunidad para superarnos, para crecer y mejorar.

Así que éste puede ser un gran momento para tomarse unas píldoras de optimismo y confianza en nuestras capacidades, ¿no crees?

Recuerda: tú eliges. Puedes construir tu realidad en clave positiva o en clave negativa. En tus manos está.