La higiene dental puede ser una de las grandes olvidadas por las distintas administraciones, tanto estatal como autonómica. Este olvido se subsana en parte por la gran calidad de los profesionales especializados en la materia. Por ejemplo, es muy fácil encontrar una clínica dental en Barcelona en donde se puedan solucionar los problemas dentales. Pero ello no es óbice ni cortapisa para señalar que existe un déficit en prevención y en gestión por parte de las administraciones.
En un estudio publicado por la Universidad Católica de Chile [ Políticas públicas que favorecen la salud bucal: recomendaciones internacionales y análisis de la situación en Chile ] se hace hincapié en algunos datos muy interesantes.
Por ejemplo, más de la mitad de los chilenos adultos presentan caries, en concreto, un 54%. La periodontitis, inflamación del tejido periodental que puede suponer la pérdida del hueso, afecta al 39% de las personas. Y sólo el 1% de los adultos conserva todas sus piezas dentales.
Estos problemas, además de otros que se detallan en el estudio, pone de manifiesto que los problemas bucodentales afectan a casi la totalidad de la población causando, además, graves problemas en la vida diaria y en la calidad de esta.
Políticas estatales y autonómicas para mejorar la salud bucodental
¿Qué pueden hacer las distintas administraciones para mejorar la salud y la higiene bucodental de las personas? Lo primero de todo tenemos que ser conscientes de que nadie nos va a lavar los dientes. Esto tan obvio conviene recordarlo porque muchas veces se olvida que el primer interesado en tener una buena salud es cada persona. Sobre esto abundaremos después.
Por parte de las administraciones hay algunas políticas que se han puesto en práctica en los últimos años o que se pueden poner en práctica. Quizás la más común haya sido la de añadir fluor al agua de boca.
En la comunidad autónoma vasca, por ejemplo, se ha añadido fluor al agua de boca en las poblaciones de más de 300.000 habitantes (fuente: https://personaconsumidora.elika.eus/fluor-en-el-agua-de-consumo-si-o-no/ ). Esta práctica ha resultado ser positiva para reducir los casos de caries infantil aunque se ha ido dejando de lado en los últimos años por varios motivos.
El primero es que el fluor, en cantidades elevadas, supone un riesgo para la salud. Por tanto, hasta cierto punto es peligroso añadir fluor al agua de consumo humano.
El segundo motivo, y que redunda con el anterior, es que se han desarrollado otras políticas que han mejorado la saludo bucodental y que hacen innecesaria la adición de fluor al agua.
Estas políticas implementadas se basan en extender programas de revisión bucodental a todas las franjas de edad, además de hacer hincapié en buenas prácticas alimenticias e higiénicas para que todas estas políticas administrativas sean inútiles.
La mejor política, el autocuidado
Porque este es el principal punto para tener una buena salud, ya sea bucodental o de cualquier otro tipo. El autocuidado es fundamental, nadie te va a proteger más que tú mismo.
Desde las distintas administraciones se pueden hacer campañas de publicidad que recuerden la importancia de lavarse los dientes. Se puede tratar de reducir el consumo de azúcar, bien sea limitando su uso en la industria alimentaria o recordando los problemas que genera su consumo. Se pueden extender programas de atención en las distintas clínicas dentales. Pero todo ello fracasa si cada uno de nosotros no pone atención en mantener su salud bucodental.
Por ello, es fundamental lavarse los dientes después de cada comida, reducir el consumo de azúcares y, sobre todo, acudir a una clínica dental con regularidad para prevenir futuros problemas que puedan ser de mayor gravedad.