El ser humano debe al vino ser el único animal que bebe sin sed. Es un placer siempre diferente. Áspero, duro, nervioso, fino, franco, recio, grueso, delicado, redondo, equilibrado, aterciopelado, sedoso, goloso… depende del caldo. Dicen los franceses de la Provenza que «un día sin vino es un día sin sol.» Más al sur, en Cataluña, existe el dicho de que «amb pa i vi es fa camí».
Precisamente a uno de los personajes catalanes de ficción más conocidos, el imperecedero Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán, debemos la observación de que «no hace falta ser filósofo posthegeliano para llegar a la conclusión de que sólo se conoce bien un país si bebemos su vino y comemos su pan». En este sentido, Cataluña es una tierra única y pocos países del mundo pueden jactarse de que sus caldos gocen de una riqueza de colores, sabores y texturas como los catalanes. Podemos decir, sin temores ni miedos, que en Cataluña se hace vino de calidad.
El vino en Cataluña lo trajeron los griegos
Los griegos fueron los primeros que introdujeron la vid y el vino en Cataluña, concretamente en el Ampurdán, donde desarrollaron una importante colonia. Pero fueron los romanos los que explotaron a fondo este arte.
Las particulares condiciones geográficas y climáticas del territorio lo hacían parecer bendecido por el dios Baco, y la región no tardó en convertirse en la bodega predilecta del Imperio, con permiso de los viñedos de Falerno, en la Campania italiana, de donde se extraía el licor más renombrado de la antigüedad.
Desde entonces, el vino catalán ha gozado de gran prestigio y sobre las raíces de sus vides se ha ido erigiendo, siglo a siglo, una importante industria vinícola autóctona que genera muchos puestos de trabajo y pingües ingresos a la región.
Actualmente, el sector del vino y derivados ocupa el tercer lugar en el sector agroalimentario catalán y representa el 25% de la producción total de España con más de trescientos ochenta millones de botellas, de las que unas dos terceras partes se destinan a la exportación. Aproximadamente la mitad de dicha producción es de vino y la otra mitad corresponde al cava.
La prestigiosa revista The Wine Advocate, que dirige el conocido crítico y experto en vinos estadounidense Robert Parker, acaba de publicar en Internet la lista de los cien mejores vinos españoles. En ella aparecen los vinos españoles catados y puntuados con más de noventa puntos, y de los ciento trece vinos publicados, veintiocho son catalanes, entre los que la DO Montsant es la más premiada con 10 vinos, seguida por la DOC Priorat con 7, la DO Terra Alta con 5, la DO Cava con 4 y la DO Empordà y la DO Costers del Segre, ambas con uno.
La DOC Priorat y DO Terra Alta han sido dos de los sellos catalanes más reconocidos de esa lista. Sal·lustià Álvarez y Jaume Descarrega son, respectivamente, presidentes de ambas, situadas en la provincia de Tarragona. Y si en el Priorat predomina el vino tinto elaborado con uva cariñena, que es la clave de sus vinos actuales, con caldos de color granate, aroma muy intenso, alto grado de alcohol y sabor denso, rico, carnoso y rotundo; en la Terra Alta se tiende más a la producción de vino blanco, elaborado con garnacha blanca y macabeo.
La del Priorat es la única DOC de Cataluña, es decir, denominación de origen cualificada. Una DO es un producto específico que nace en un determinado viñedo. «La exigencia –dice Álvarez– es que el 50% de toda su producción esté regulada por la DO y puede haber entre un 30 y un 50% no controlado».
Una DOC «es un paso más allá –explica– en el reconocimiento internacional de los vinos de una determinada zona y en el compromiso que dicha zona adquiere en sus prácticas, de per se con una larga tradición, a las que se incorpora el avance técnico». Además, «el 90% de toda su producción, embotellamiento y reconocimiento tiene que estar regulado por la DO. Y nosotros cumplimos», concluye Álvarez.
DO Terra Alta
Por su parte, la DO Terra Alta acoge cerca de mil ochocientos viticultores, 6.200 hectáreas de vid y cuarenta y dos bodegas. Jaume Descarrega, su presidente, explica que pese a que en la zona existen vides y vinos desde hace casi un milenio, la DO se «creó en 1982 y aún es un sello de garantía joven».
Ahondando en el tema de las DO, Descarrega indica que “para formar parte de una DO tienes que pertenecer a una zona geográfica delimitada y has de cumplir unos requisitos de calidad y de trabajo. Pese a que la Terra Alta llevaba siglos elaborando vinos, hace relativamente poco que hemos empezado a trabajar en nuestra DO. Hasta ahora ayudábamos a otras zonas y DO a hacer vinos de alta graduación cuya producción teníamos por la mano y la hacíamos a granel. Pero en los últimos quince años hemos llevado a cabo un cambio generacional, de elaboración y de producción, y nos hemos dedicado a hacer vinos de botella centrándonos en la calidad».
Los resultados, amparados en las conclusiones de The Wine Advocate están a la vista de todos. Aunque, como afirma Descarrega, «sin olvidarnos de hacer país, porque junto con otras DO de Tarragona hemos impulsado el consorcio País de vi para atraer el enoturismo y ayudar a las bodegas más pequeñas y con menos medios de la comarca».
Jean Leon, vida y vinos de cine
Jean Leon es la bodega, actualmente propiedad del Grupo Torres, y proyecto personal de Ceferino Carrión, más conocido como Jean Leon, un santanderino nacido en 1928 que hizo suerte en el Hollywood dorado de los sesenta. Allí fundó un restaurante, La Scala, para el que quiso la mejor gastronomía y en el que acogió a mitos de la gran pantalla como Marilyn Monroe y Elizabeth Taylor.
La bodega nace de su deseo por encontrar un vino perfecto que ofrecer a sus comensales, puesto que no lo había podido encontrar en California. Las viñas de los terrenos que compró en 1963 fueron arrancadas –ante el asombro propios y extraños– para plantar casi por primera vez en España cabernet sauvignon, merlot y chardonnay procedentes de bodegas de reconocido prestigio en Burdeos y Borgoña.
La idea era ofrecer a sus clientes de Hollywood unos vinos parecidos a los que ya conocían. Gracias a ello, en 1969 nace el primer cabernet savignon elaborado en España. En 1993, la revista Wines elige su cabernet como uno de los diez mejores vinos del mundo.
Ángel Germade, director de Jean Leon, sintetiza el prestigio y éxito de la marca en un dato.
«Dentro de Torres, que es nuestra empresa madre, Jean Leon representa el 21% de las ventas». El grupo factura al año unos doscientos millones de euros. Además, «nuestro vino está enfocado básicamente a restaurantes, es decir, es muy difícil encontrar nuestros caldos en alimentación». Muestra de la particularidad que busca Jean Leon. Y es que como dice Germade, el prestigio va ligado a la calidad.