Aprovechar las ventajas de la operativa a corto plazo sin la necesidad de asumir los riesgos de la elección personal. Esto es lo que las carteras de «trading», ya sean operativas o modelo, proporcionan al inversor minorista.

Si no quiere asumir el riesgo que supone la elección de activos concretos (ya sean acciones o derivados) para operar en el muy corto plazo, dispone de otras opciones. Puede seguir las recomendaciones que ofrecen alguhas entidades en sus carteras de «trading» o bien invertir directamente en ellas.

LA ENTIDAD ESCOGE

Este es el caso de la Cartera Dinámica Española de Morgan Stanley, que funciona desde el pasado mes de diciembre. Se trata de un servicio a través del cual la entidad ofrece a los inversores una gestión activa de la renta variable nacional. Como señala Carmen Cavero, directora de desarrollo de negocio de Banca Privada y Personal de Morgan Stanley, «la idea era que, cuando los inversores empezaran de nuevo a entrar en bolsa, tuvieran un paquete cerrado a través del cual hacer «trading» con nosotros».

Se trata de una cartera integrada por un máximo de 10 valores (escogidos entre todas las empresas del Mercado Continuo), cuya composición varía semanalmente. Cada semana, el Comité de Gestión realiza los cambios, teniendo en cuenta qué títulos puedan alcanzar mejor rentabilidad en el corto plazo. Según Morgan Stanley, «la clave del proceso está en el análisis individual de activos, restándole importancia a los ciclos económicos y de mercado.

Se seleccionan valores con atractiva valoración y buenas perspectivas de crecimiento». «Lo normal -según Cavero-, es que todas las semanas se reemplacen uno o dos valores de la cartera». Los resultados hasta ahora han sido muy satisfactorios. En 2004 (hasta el 14 de mayo), la cartera acumulaba una rentabilidad del 4,5 por ciento, frente al 0,55 por ciento del selectivo Ibex -35 y el 1,40 por ciento del Continuo. El «handicap» más impor-tante es su coste, ya que la inversión mínima de esta cartera dinámica es de 30.000 euros.

En estos cinco primeros meses de funcionamiento, Morgan Stanley ya ha abierto más de 800 carteras dinámicas, con un volumen total de 36 millones de euros. Respecto al coste, si la cartera pierde valor, la entidad no aplica comisión. Pero si gana, se repercute una comisión de éxito anual del cuatro por ciento (medida por año natural). Cada mes, el cliente recibe una notificación detallada, propia y exclusiva, de la evolución de su cartera.